Todo se frena en seco y entramos en la primera fase de la comunicación casi sin saberlo. Tenemos que emocionar.
Una semana de parón, (normal) mientras asumimos, de mejor o peor manera lo que sucede y lo que está por venir.
¿Qué hacemos me preguntan varias empresas? Sin duda, tenemos que emocionar.
Las redes sociales cobran más protagonismo que nunca y muchas empresas, tanto privadas como públicas, comienzan a emocionar.
Campañas de destino enfocadas a la emoción; cadenas hoteleras, agencias de viajes, muchos tocan los sentimientos: familia, hijos, amigos. Y en realidad era lo que había que hacer, no era momento de vender.